miércoles, 2 de marzo de 2011

Matinal Adultos 2 de Marzo 2011 "Sabiduría"

SABIDURIA.


Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. Santiago 1:5.



La puerta se cero, detrás de el, con fuerza. Fue un sonido seco como su corazón, carente de paz y de alegría. Otra oportunidad perdida; un empleo más, que no estaba “a su altura”.

A los 32 años de edad, continuaba buscando el empleo ideal, acorde a su “capacidad y preparación”. Ambiciones tenia; títulos, también, y de las mejores universidades. A veces, se creía un semidiós; tan distante de los simples mortales. Por eso sufría: las personas no lo veían de la misma forma.

Se llamaba Pedro Paulo; dos nombres bíblicos. Tal vez por que sus padres hubiesen querido que siguiere el ejemplo de los héroes del cristianismo.

Pero, al entrar en la universidad, creyó que no necesitaba más de Dios; se olvido por completo de lo que había aprendido en su niñez.

Al cumplir 35 años, ebrio, intento el suicidio. Algunos dicen que cayo accidentalmente; otros afirman que se arrojo intencionalmente. Como resultado, permaneció en una silla de ruedas por varios meses.

Fueron meses de reflexión. Un día se miro en el espejo y percibió que la vida se le estaba yendo, y el no había echo otra cosa que buscar el empleo ideal. Se pregunto por que otro con menor capacidad que el, vencían en la vida. E imperceptiblemente, en el silencio de sus pensamientos, vino a su memoria un versículo que había aprendido cuando era niño: “si alguno tiene falta de sabiduría pídala a Dios”.

Sabiduría no es conocimiento. Pedro Paulo sabía mucho, pero carecía de sabiduría. ¿Cómo iba a tenerla si Dios es la fuente de sabiduría y el había quitado a Dios por completo de su vida?

En humildad, volvió los ojos a Dios.

Enséñame a usar lo que se, le dijo al Señor en su corazón.

Y la respuesta no se dejo esperar. Dios siempre da sabiduría en abundancia al que se lo pide; entonces, lo mucho o lo poco que sabes se transforma en un poderoso instrumento en tus manos.

Nunca conocí a pedro Paulo. Un día, mientras realizaba una serie de reuniones en Alburquerque, alguien me entrego una carta. En el cuarto de mi hotel la leí, y agradecí a Dios por su misericordia, capaz de esperar y esperar a aquel ser humano, un día entienda que sin Dios no es nada.

Por eso ve hoy por la vida seguro sabiendo que “si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios el cual da a todos abundantemente, y sin reproche y le será dada”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario